Diferencia Entre AverÃa Gruesa y AverÃa Particular:
La averÃa gruesa es una pérdida voluntaria, ocurrida en beneficio de todos los demás intereses en riesgo y es por eso retribuida, con la contribución de esos intereses, mientras que la averÃa gruesa particular es fortuita y soportada por quien la sufra.

Contenido de las Pólizas
Puesto que las pólizas son el documento justificativo del contrato de seguros, la misma debe contener los puntos esenciales y más importantes del contrato.
Normalmente, el legislador no deja al criterio de las partes contratantes cuáles son dichos puntos esenciales, sino que las enumera como requisito para la validez de la póliza, algunas legislaciones se limitan a lo más esencial al hacer tal enumeración, otras se extienden hasta abarcar puntos que en la práctica no es posible conocer de antemano y que además carecen de la importancia necesaria como para que tenga carácter de requisito para la validez de una póliza, Pero hasta donde sea posible hay que guiarse por las legislaciones nacionales en vigor, en el paÃs en que se emita la póliza.
Algunos códigos de comercio latinoamericano contienen para los seguros no marÃtimos, listas razonables de requisitos:
=Nombre del asegurado o de cualquier persona que efectúe el seguro por su cuenta
=Objeto asegurado y el riesgo que cubre el seguro.
=El viaje o perÃodo de tiempo o ambos, según sea el caso, en que tiene vigencia el seguro.
=La suma asegurada
=El nombre o nombres de los asegurados.
AverÃa Gruesa
La averÃa gruesa es una institución marÃtima que afecta a toda la comunidad naviera, esté asegurada o no, por lo que es obligación de todo armador recolector, la contribución de la averÃa gruesa cuando haya ocurrido una pérdida de esta naturaleza.
Con relación al cálculo de la averÃa gruesa, considerando todas las partes involucradas, es complicado por lo que se recurre los servicios de un liquidador de averÃa. El principio fundamental que rige la Ley de averÃa gruesa es que todas las partes involucradas deben contribuir a los sacrificios de averÃa gruesa, hasta tal punto que el dueño de la propiedad sacrificada quede en las mismas condiciones como si hubiere sido otro interés el sacrificado, en vez del suyo. Es razonable que una persona que ha sacrificado su interés para que el buque y la carga arriben al puerto, debe quedar en las mismas condiciones que las otras partes de la aventura.